¿Puede el empaquetado optimizar la higiene y la manipulación hospitalaria?
Este artículo de 2021 ofrece tres prácticas recomendadas para manipular productos médicos empaquetados esterilizados. Quizás se esté preguntando: ¿Por qué revisitar viejas noticias? La respuesta es simple. Mirar hacia atrás puede ofrecer una perspectiva interesante sobre qué creencias y estrategias perduran y cuándo una creencia errónea se convierte en una lección aprendida.
Como profesionales del empaquetado, esto puede parecer un poco alejado de nuestro papel. Pero ¿qué pasaría si la experiencia del usuario final con el producto de nuestro cliente pudiera hacerse más segura, mejor o más efectiva? Todos en esta industria tenemos como máxima prioridad la seguridad y la mejora de la vida del paciente. Si nuestros clientes aportan valor añadido para sus clientes mediante las innovaciones en el empaquetado, ¿no es eso bueno para todos, incluidas nuestras propias empresas? Con esas preguntas en mente, hemos reanalizado las tres prácticas de manipulación de envases estériles desde una perspectiva diferente.
1. Higiene adecuada de las manos
A pesar de su aparente simplicidad, las prácticas clínicas de higiene de las manos aplicadas sistemáticamente han seguido siendo un reto global desde que surgieron como un riesgo para la atención sanitaria a mediados del siglo XIX. No fue hasta 1975, cuando los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de EE. UU. publicaron directrices al respecto y nuevamente en 1985 que se propuso alguna formalización. La Organización Mundial de la Salud hizo lo mismo y emitió varias versiones de directrices sobre el tema a partir de mediados de la década de 1980.
Los avances y resultados conseguidos de conformidad con la higiene de manos (HHC, por sus siglas en inglés) (aunque variaban geográficamente) no fueron seguidos hasta principios de la década de 2000, momento en el que un artículo del American Journal of Infection Control halló que el 89,8 por ciento de los trabajadores sanitarios en los hospitales en cuestión conocían las directrices, pero todavía el 44,2 por ciento de ellos no tenía ningún programa para mejorar la HHC, y los datos rondaban el 50 por ciento de cumplimiento. Naturalmente, y aunque no está muy estudiado, este no fue un modelo estelar para mejorar las prácticas de higiene de manos en las regiones menos avanzadas del mundo.
Si ha habido algún aspecto positivo extraído de la pandemia mundial de la COVID-19, podría ser que todos en el planeta, desde el médico hasta el niño, se han concienciado y se han centrado más en los protocolos de higiene de manos para una salud mejor y más segura. Un estudio de 2021 de The Journal of the American Medical Association (JAMA) notificó de unas tasas persistentes de HHC de “alrededor del 50%” en los centros estadounidenses hasta el brote de la COVID-19. En los hospitales estadounidenses seguidos posteriormente, las tasas de HHC se dispararon hasta el 100 por ciento, según datos de 28 de marzo de 2020. Desafortunadamente, y a medida que la pandemia iba disminuyendo, también lo hicieron las tasas de HHC, volviendo a las mismas cifras prepandémicas. ¿Existe alguna oportunidad aquí?
Consideraciones sobre dispositivos médicos y envases farmacéuticos:
-
¿Cómo pueden los profesionales del empaquetado médico apoyar y promover mejoras continuas en la higiene de manos?
-
Con un mayor grado de atención médica administrada por pacientes y cuidadores, ¿existen innovaciones en el empaquetado que puedan proteger la esterilidad y el uso en el hogar?
2. Almacenamiento y transferencia de productos estériles
Cada clínica, consultorio, centro quirúrgico, hospital, etc., tiene su propia estructura física. Las zonas de almacenamiento son completamente singulares de diversas formas y, por lo tanto, no son escalables. El artículo original sugería que los departamentos receptores “limpien adecuadamente” las zonas de almacenamiento de productos estériles de acuerdo con las regulaciones de control de infecciones de los Departamentos de Salud y Servicios Humanos de cada estado. Un principio sólido, pero totalmente único al mismo tiempo según cada centro y dependiente del clima regulatorio del estado en cuestión.
Otras sugerencias de almacenamiento y transferencia hablaban de almacenar el producto de tal manera que se garantizara una rotación de “primero en entrar, primero en salir”, evitando la humedad y transportando productos estériles en “carros limpios” para almacenar los productos sin amontonamiento ni uso de elementos “aglutinantes”. (es decir, bandas elásticas) que podrían amenazar la integridad del envase. Consejos de sentido común, sin duda, pero tal vez imposibles de controlar de manera significativa, incluso para una gestión de ámbito local.
¿La naturaleza enormemente heterogénea del almacenamiento y transferencia de productos médicos empaquetados de forma esterilizada es un impedimento a la hora de aportar valor a nivel granular a través de las características del empaquetado?
Consideraciones sobre dispositivos médicos y envases farmacéuticos:
-
¿Podría el etiquetado o alguna otra forma de mensaje dirigido al receptor (tanto clínico como en el hogar) proporcionar recomendaciones específicas del producto o inquietudes para su manipulación interna?
-
¿Existen oportunidades de desarrollo de productos donde se podrían comercializar accesorios o ayudas de “almacenamiento y transferencia” óptimos para favorecer una manipulación ideal?
-
Manipulación y apertura de productos estériles
El último aspecto presentado en el artículo original ya resulta familiar para la industria del empaquetado médico. Hemos visto la rápida integración de factores humanos en el diseño de empaquetado y en el punto de uso, incluida la popularidad de los grupos de enfermeras para informarnos sobre qué funciona y qué no. Los puntos planteados en el artículo original para este aspecto de la manipulación de productos estériles refuerzan la necesidad de llevar a cabo la HHC en el momento de la apertura y señalan la necesidad de repetirla en cualquier punto potencial de contaminación (como tocarse la cara). También se identificó la inspección del empaquetado y también la desinfección de los carros/bandejas de transporte. En resumen, estamos innovando activamente para adaptar la interfaz práctica de los seres humanos con el producto sanitario.
La probabilidad de estandarización es una vez más limitada debido a la naturaleza no escalable del desarrollo y uso de los productos, pero ciertamente merece ser tema de debate a medida que se conciben los detalles de un dispositivo médico o medicamento. ¿Existen oportunidades para llevar a cabo controles de seguridad que podrían formar parte de los sistemas de empaquetado?
-
¿Qué ocurre con cuestiones como el cambio de color o una toallita o aerosol desinfectante listo para usar dentro de un kit como medida adicional sobre las manos o los guantes?
-
¿Los guantes que cambian de color podrían revelar cuando alguien se ha tocado la cara?
-
¿Entra ahí en juego la visión artificial?
Ya entiende la idea. Siempre hay lugar para ser pionero y eso es lo que hace que el empaquetado sanitario sea un campo tan gratificante y creativo. Mirar hacia atrás nos ayuda a mirar hacia adelante. También nos recuerda la naturaleza humana y nos devuelve al principio, y tal vez al comodín definitivo: ¿Cómo podemos ayudar a la comunidad sanitaria en todo el mundo a lograr y mantener una HHC óptima (¡y más!)?